Este proyecto, lanzado en febrero de 2016 y llevado a cabo con el apoyo del Gobierno de Australia, estudia las lecciones aprendidas de la historia temprana de un nuevo mecanismo del Consejo de Derechos Humanos: Las Comisiones de Investigación.
Desde 2006, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (en lo sucesivo, «el Consejo») ha establecido un número creciente de comisiones de investigación (COI) o misiones de determinación de hechos de alcance geográfico cada vez más amplio. Hasta el momento han existido más de 15 COI encargadas de cubrir desde las crisis en Siria y Libia hasta la situación en Corea del Norte y el conflicto de Gaza. El surgimiento y el desarrollo temprano de las COI de las Naciones Unidas, como un nuevo mecanismo internacional de derechos humanos centrado en la investigación, el monitoreo y registro de las violaciones de derechos humanos plantea una serie de preguntas para quienes diseñan políticas públicas y para la comunidad internacional de derechos humanos.
Las COI (a veces llamadas misiones de determinación de hechos o, más recientemente, “investigaciones del ACNUDH” o “misiones de investigación del ACNUDH” son un nuevo mecanismo basado en la Carta de la ONU que surigó desde que el Consejo de Derechos Humanos fue creado, en sustitución de la Comisión de Derechos Humanos (en 2006). Las COI son mecanismos independientes del Consejo, los Estados, de la influencia de la OACNUDHs y, de hecho, de cualquier otra influencia extraña. Desde la creación de la COI en la República Popular Democrática de Corea (RPDC), los comisionados o los titulares de mandatos han hecho una declaración formal, al asumir su cargo, prometiendo actuar con independencia e integridad al servicio de las Naciones Unidas.
Como señala el Hon. Michael Kirby AC CMG, el presidente de la COI de RPDC, los COI y los comisionados de la misma no “actúan como jueces o fiscales de las Naciones Unidas”. Su deber es el cumplir con el mandato que el Consejo ha dado a cada COI. En esencia, los comisionados están comprometidos como investigadores expertos a informar al Consejo sobre los hechos correspondientes, de conformidad con la resolución que contiene su mandato. En este sentido, la función y el mandato de las COI es similar a aquél de los Relatores Especiales (y ciertamente al mandato de los Procedimientos Especiales de los años sesenta y setenta), aunque también existen importantes diferencias y distinciones.
Sin embargo, a pesar de la importancia de este nuevo mecanismo y de la brecha que ha contribuido a cerrar en el sistema de protección de derechos humanos de la ONU, ha habido poco análisis sobre lo que son las COIs, por qué son innovadoras e importantes, en qué se diferencian de los Procedimientos Especiales, cómo operan, cuáles son los principales retos a los que se enfrentan, si tienden a cumplir con sus objetivos fundacionales y cómo podrían evolucionar en el futuro.
Este proyecto, dirigido por Marc Limon de URG, y Ted Piccone de la Brookings Institution, en cooperación con Hon. Michael Kirby, analizará exhaustivamente y tratará de comprender la naturaleza y el impacto de las COI como parte del sistema internacional contemporáneo de derechos humanos. Basándose en un análisis similar del mecanismo de Procedimientos Especiales de la ONU, emprendido por Brookings y la URG en 2014, el proyecto examinará la aparición y la evolución temprana de los COIs en las dinámicas políticas que determinan el alcance de su influencia e impacto, y en las cuestiones institucionales clave como la naturaleza de sus mandatos, el modus operendi de su trabajo, el alcance de su impacto a medio y largo plazo en la situación de los derechos humanos en los países bajo escrutinio y la pertinencia del apoyo de la secretaría en cuanto a recursos técnicos y financieros.
El estudio también tratará de ilustrar cómo podrían las futuras COI interactuar de manera más efectiva y constructiva con otros órganos y mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas (como los Procedimientos Especiales, la CPI, el Consejo de Seguridad, la Asamblea General y los sistemas nacionales de rendición de cuentas).
El análisis de las fortalezas y debilidades de este mecanismo, en conjunto con una evaluación sobre la forma en la que se ha dado la asignación de recursos, y la presentación de recomendaciones sobre cómo podría la ONU equiparse de una mejor manera para responsabilizar a los violadores de derechos humanos, proporcionará un recurso hasta ahora no disponible para investigadores, gobiernos y profesionales.
En última instancia, el proyecto proporcionará evidencia de la utilidad y el impacto de las COIs, proporcionará a los Estados y a otras partes interesadas recomendaciones sobre cómo fortalecer este mecanismo y ofrecerá un conjunto de directrices e ideas de “mejores prácticas” para los titulares de mandatos futuros. A través de estas medidas, el proyecto aportará al fortalecimiento del pilar de derechos humanos de la ONU y a la protección de los derechos de las víctimas.
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